Por Roberto Veras.-
Si te gustan las noticias y eres un adicto (como yo), te estremeces cuando se aproximan las elecciones.
Los escándalos y las insinuaciones sobre las personas que se postulan para un cargo dominan los medios.
Te hace preguntas: ¿Por qué los candidatos quieren ponerse en la posición uno y saben que esa no es su posición?
Hacen encuestas amañadas con el objetivo de vender una imagen que no tienen. Las únicas propuestas que hacen es solo “PROMESAS”.
Todos dicen que están trabajando para hacer una vida mejor para los munícipes, pero al final, si te fijas solo han mejorado económicamente ellos, nos preguntamos: “¿Realmente trabajan para nosotros?” pues claro que no.
Es difícil confiar en personas con ese perfil. A menudo hacen promesas que nunca cumplen y solo los vemos cada cuatro años con el mismo engaño.
Parece que las promesas las hacen para ganar electores, no para ayudar a gobernar a una sociedad que quiere desarrollo.
Incluso aquellos políticos que parecen querer cumplir con sus promesas de campañas, pronto quedan atrapados en la mentira como de costumbre.
El proceso es realmente complicado y la parte contraria recibe la culpa de las promesas incumplidas. A veces me pregunto si una monarquía es mejor (es broma).
¿Quién de los políticos podría decirme que ha cumplido con todas las promesas que alguna vez hizo?